lunes, 10 de agosto de 2009

Chueca

Algunos cronistas, viajeros y etnólogos, al referirse al juego del palin de los Mapuche, lo llaman hockey, por su parecido con el moderno hockey sobre césped, lo que favorece su comprensión en el lenguaje deportivo y científico a nivel internacional.
Dos equipos con el mismo número de jugadores, de 5 a 15 cada uno, ubicados en dos hileras frente a frente, distribuidos a lo largo de un espacio de juego rectangular, de 200 m de largo y 12 m de ancho, delimitado con ligeras zanjas, representando cada uno a una reducción (comunidad), disputan una bola de madera, pali o füngül, con sus bastones también de madera, weño, para llevarla, a sus metas, o tripalwe que son las líneas cortas del rectángulo, una para cada equipo. El que logra pasarla obtiene un punto o tripal o raya. Antiguamente todos los levo (comunidad) poseían su propio equipo y espacio de juego.

En 1647, Santiago de Chile: Se prohíbe el juego de los indios de Chile. El capitán general, don Martín de Mujica, proclama por caja y pendón la prohibición del juego de la chueca que los araucanos practican, según su tradición, golpeando una pelota con palos de punta corva, en cancha rodeada de ramajes verdes.
Con cien azotes serán castigados los indios que no cumplan y con multa los demás, porque mucho se ha difundido la infame chueca entre la soldadesca criolla. Dice el bando del capitán general que se dicta la prohibición para que se eviten pecados tan contra la honra de Dios Nuestro Señor y porque corriendo la pelota los indios se entrenan para la guerra: del juego nacen alborotos y así después corre la flecha entre ellos. Es una indecencia, dice, que en la chueca se junten hombres y mujeres casi desnudos, vestidos apenas de plumas y pieles de animales en los que fundan la ventura de ganar. Al comienzo invocan a los dioses para que la bola sea favorable a sus proezas y carreras y al final, todos abrazados, beben chicha a mares.

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