Originalmente, en las zonas de Castilla y León se ha considerado un juego de niñas, al que rara vez jugaban los niños. De muy niñas, las muchachitas aprendían a saltar a la comba. Bastaba una cuerda de una longitud no demasiado grande, y de cierto grosor que había en todas las casas labradoras. El tiempo que dedicaban al juego hizo que a lo largo del tiempo hicieran bien y bonito el juego de forma individual, por parejas o en grupos más numerosos.
Una sola niña volteaba la cuerda y saltaba con rapidez cuando la cuerda batía el suelo; el ritmo era endiablado cuando hacía lo que llamaban el "chorizón".
Dos niñas o saltaban juntas o ataban un extremo de la comba a un arbolito, una ventana o un poste y una volteaba y otra saltaba por turno. En ocasiones tres niñas o varias más saltaban en cadena, entrando y saliendo ordenadamente, pero en el momento más adecuado, del dominio de la cuerda; si alguna fallaba sabía que su castigo era dar a la comba. Esta no siempre se volteaba; otras veces, sólo se balanceaba en un delicado vaivén de barcarola.
CANCIONCILLAS: Este juego siempre ha sido interesante sobre todo en la zona de Burgos, pero muchas veces se ha dado rienda suelta a la imaginación y se han creado numerosas canciones, algunas cortas pero otras bastante más largas, algunas simples y otras con una historia que contar, pero todas ellas divertidas y agradables para las practicantes.. Se han publicado numerosas canciones inventadas, en las que se incluyen también las de las niñas de Burgos. Algunas de las canciones más conocidas, aunque no fueran exclusivas de Burgos, sino que se extendieron a otras zonas, fueron:
En muchas ocasiones se unen las cancioncillas del "cocherito leré" y "el nombre de María" en una única cancioncilla, pero antiguamente se solían cantar por separado.
Canciones tan hermosas como la del "Cartero", "En la calle del Turco le mataron a Prim", "Quisiera ser tan alta como la luna", "Una, dos y tres, pluma, tintero y papel", "Allá en la Habana".., también se bailaban a la comba en pueblos por las voces infantiles de las niñas burgalesas. La comba era uno de sus juegos favoritos, sin duda.
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